sábado, 11 de febrero de 2012

El Relicario, de Douglas Preston y Lincoln Child

Cuando la policía encuentra dos esqueletos unidos en un abrazo en un río de Manhattan, Margo Green, conservadora del Museo de Historia Natural, es invitada a colaborar en la investigación, no solo por sus conocimientos antropológicos sino por su experiencia el año anterior cuando se enfrentó con una horrenda bestia que andaba suelta por los sótanos del museo. Los esqueletos presentan señales de violencia y unas grotescas anormalidades que apuntan a una sola cosa: el despertar de una pesadilla dormida. Al misterio de los esqueletos se suma una serie de brutales crímenes. Con la ayuda de un teniente de policía, un enigmático agente del FBI y un eminente científico, Margo indaga el origen de los asesinatos. La investigación los llevará a un pavoroso laberinto de túneles, cloacas y galerías horadado bajo Manhattan, donde se revela por fin el verdadero secreto de la Bestia del Museo.

El Relicario es la secuela directa de El Ídolo Perdido (aka The Relic) y segunda entrega de la Saga Pendergast. En El Ídolo Perdido vivimos una escalofriante aventura sobre la temible Bestia del Museu (el nombre tiene tirón) de impronunciable nombre Mbwun, que a su vez proviene de la planta de la que el bicho en cuestión se alimenta, la Liliceae Mbwunensis, mola eh? Nuestro amigo llegó a la Gran Manzana en unas cajas que enviaron de una expedición en la selva amazónica. Como viene siendo típico de estas pobres gentes que se van a estos remotos lugares a investigar, murieron todos en extrañas circunstancias dejando solamente un diario sobre la expedición, alguna que otra reliquia y por supuesto, unas pocas muestras de Liliceae Mbwunensis para que venga el amigo a zampárselas  y ya de paso, a medio museo.

Bueno, pues ya pensábamos que Nueva York estaba libre de tal amenaza que ahora van y aparecen unos seres apodados "los rugosos" que se estan ventilando a toda la comunidad de homeless que viven en las viejas estaciones de Metro y demás. Se reúne el equipo de fantásticos que trabajó en el caso Mbwun y efectivamente, lo de las cloacas no son cocodrilos hinchados de esteroides... no, son seres humanos pseudo-Mbwun!! ¡Hala, ya tenemos diversión! Además; para que la cosa no decaiga y no sea que la policía se quede ociosa, se levanta toda una revuelta urbana de la gente pudiente reivindicando que la seguridad de la ciudad es nula y que por ello vamos a montarle un pitote al alcalde que no veas. Para hacer una crónica de ello tenemos al espabilado periodista Smithback que el pobre al final, como ya le pasó en el museo, se ve envuelto en todo este embrollo con Mbwun.

Si una cosa tengo que destacar de este libro es lo bien que narra la vida y la enorme comunidad que existe bajo Manhattan, en el día a día no te paras a pensar en la de miles de personas que viven bajo nuestros pies, y en el caso de Nueva York, los túneles abandonados y las estaciones de Metro son un auténtico hervidero de gente. Bueno, y transportar la acción a un lúgubre y asquerosillo alcantarillado tiene su punto. Y por supuesto, leer como un pseudo-mbwun se pone las botas a las ocho de la mañana de camino a la universidad hace que empieces el dia con una nueva perspectiva.

Ahora estoy con Dickens, pero ya me haré una reserva mental para el próximo libro de la saga (que debe su nombre al agente del FBI Aloysius Xingú L. Pendergast, todo un personaje el hombre) Los asesinatos de Manhattan, yo no me lo pensaba dos veces, ¡mudándome a Nueva Jersey de inmediato!


1 comentario:

  1. Vaya, una de clavegueres !!! lo pondremos en la lista de libro leibles

    ResponderEliminar